viernes, 23 de marzo de 2012

El cuento de nunca acabar

     Vaya por delante que no pretendo justificar el empate del Madrid en Villarreal. Como todos sabéis, soy madridista, no lo voy a negar, pero no por ello defiendo todo lo que hace mi equipo. Si hay algo que he aprendido en la vida es a reconocer cuando las cosas no se han hecho bien, y el miércoles pasado en El Madrigal, vimos un buen ejemplo de ello.

     El conjunto blanco lleva más o menos un mes jugando a un nivel bastante inferior al de otras partes de la temporada. Hasta ahí todo normal. Es imposible mantener un nivel similar durante todo el año. Les pasa a todos los equipos, a todos los jugadores e incluso nos pasa a todos en nuestra vida cotidiana. Hasta los dos últimos partidos, no se había hablado de ello porque la distancia con el Barça seguía siendo de 10 puntos. Pero alguna vez tenía que pasar y ha pasado todo en apenas 4 días. La realidad fue que el Madrid jugó mal (méritos del Villarreal aparte) y culpar al arbitro por su calamitosa actuación (para ambos equipos), es una grave equivocación. Los máximos responsables de lo que pasó el otro día, al igual que cuando ganan, fueron los jugadores y el entrenador (éste se merece un post aparte).

     Por otra parte, me cuesta entender, el grado de nerviosismo tan alto que vi en los jugadores, sobre todo, porque pareció que su situación era desesperada. Según he leído, se produjeron situaciones totalmente injustificables, tanto dentro como fuera del campo. Si así está el líder de la liga... Sinceramente, algunos deberían cambiarnos el puesto de trabajo solo por unas horas. Señores, su profesión es JUGAR AL FÚTBOL. Deberían estar siempre felices, ganen o pierdan, porque hacen lo que les gusta (se supone) y ganan dinero (y mucho) por ello. Entiendo que el grado de exigencia es muy alto pero las cosas no se solucionan culpando al prójimo sino aceptando los errores y trabajando para solucionarlos. 

Miguel Lorenzo - elperiódico.com
     Los árbitros, por mucho que nos empeñemos en hablar de ellos todos los fines de semana, no tienen la culpa de las victorias y las derrotas de los equipos (hablo en general no en particular). Muchos de los que critican sus fallos, no se han puesto nunca delante de dos equipos, con solo un silbato como "arma" y miles de ojos sobre ellos con cada decisión que toman. Tampoco quiero ser hipócrita. Yo soy el primero que he tenido mis roces con ellos cuando juego al fútbol. No me enfada que se equivoquen sino que no recurran al diálogo y si a la chulería. Jugando soy muy protestón, lo reconozco, pero si el arbitro me dice que es lo que él ha visto, me callo y a otra cosa. Lo que no he tolerado nunca son las actitudes prepotentes. No me vale el "es falta porque lo digo yo y punto". Y ahí es donde quiero llegar ahora.

     En mi opinión, el colegiado del Villarreal-Real Madrid, el señor Paradas Romero, tuvo una actuación bastante desafortunada en el partido del miércoles. Se lió a sacar el revolver y a disparar contra el que se pusiera por delante. Poco diálogo y mucho nervisismo, que solo manejó a golpe de tarjeta. Seguramente parte de culpa de los Villaratos y demás teorías de la conspiración la tiene tanto hermetismo con el estamento arbitral. ¿No será más fácil explicar las cosas con naturalidad? ¿Acaso interesa que haya algún lío cada semana para que los equipos lo usen como excusa y se hable de ello? ¿Quién tiene la culpa de esto? ¿Los equipos? ¿Los medios de comunicación? ¿Los propios árbitros?. Según mi experiencia en este sentido "el que esté libre de pecado, que tire la primera piedra".
 

1 comentario:

  1. Un año entero y no aprendo de mis errores. Pero lo peor es que ellos tampoco...

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